9 septembre 2019

Dominar su comunicación no verbal para ganar en impacto

Comunicar bien, no es solamente haber elegido palabras y un tono de voz adecuados. Su mirada, sus gestos y su actitud representan más de la mitad del mensaje que quiere transmitir. ¡No hay que pasarlos por alto!

Comunicar de manera eficaz se aprende. No tiene que ver solamente con la formulación o la dicción. Para transmitir un mensaje de manera contundente, el no verbal es casi más importante que las palabras empleadas. Ya que su postura y su gestual deben estar coherentes con lo que afirma, para no perder en credibilidad.

La mirada, el reflejo de su alma

Para inspirar confianza a su interlocutor, es importante mantener el contacto visual. Al contrario, rehuir la mirada puede ser interpretado como una falta de confianza en si mismo, o una señal de deshonestidad. Por supuesto, no se trata de mijar fijamente la otra persona permaneciendo impasible, para no parecer agresivo, poro mirarla con interés y bondad.

La postura, garante de su credibilidad

Su postura tiene que estar en adecuación con el mensaje que quiere transmitir. Porque si sus palabras dicen lo contrario de lo que revela su actitud, perderá en credibilidad. ¿Quiere parecer relajado? ¿Seguro de uno mismo? ¿Atento? Hágase la pregunta. En su vida profesional, quiere probablemente parecer seguro e interesado en las palabras de su interlocutor, inspirándole confianza. Mejor contar con la verticalidad: recuerda mantenerse erguido sin estar rígido, mantenga sus hombros relajados y haga movimientos amplios, con fluidez. En posición sentada, intenta no parecer flojo. Mantense recto, ligeramente adosado a su asiento.

 El lenguaje corporal, indicador de sus intenciones Asentir, inclinarse, dejar los brazos abiertos… todos estos elementos contribuyen a una comunicación no verbal positiva. Su estos permiten ilustrar y fortalecer sus palabras. Si acoge un cliente indicándole que está encantado de recibirlo, asegurase de no tener los brazos cruzados o la cabeza bajada, que transmitirá que está cerrado. Al contrario, tener los brazos abiertos y las palmas giradas hacia el interlocutor reforzaran su mensaje de bienvenida.   Las mímicas, reflejo de sus emociones Al menos que sea un gran actor, su cara suele ser el primer indicador de sus emociones. Una ceja levantada: está séptico. Los dos: está preocupado. Mientras que fruncir el ceño puede interpretarse como un signo de agresividad, como una mandíbula crispada. El elemento más importante de su caja -aparte de sus ojos- es su sonrisa. Una sonrisa sincera y honesta da mucho mas impacto a un mensaje, y transmite una imagen muy positiva. Un rictus o una sonrisa forzada, al revés, puede dar un air despreciativo o calculador.   El atuendo, indicador de su personalidad En el entorno profesional, su atuendo tiene que estar cuidada. Incluso si su trabajo no requiere que lleve un traje o un traje sastre a diario, hay que ser creíble. Antes que nada, elija ropa en la que se siente a gusto, acorde con su personalidad. Tienen que estar bien ajustados -ni demasiado largo, ni demasiado apretado- y decentes. Elija colores que le valore, pensar en peinarse, y para las mujeres, adopte un maquillaje ligero y accesorios discretos.    Si es importante dominar su comunicación no verbal, no hay que dar la impresión a su interlocutor que está actuando. Una comunicación contundente, es una comunicación honesta y sincera. Y, si sus palabras lo son, los gestos seguirán. Por supuesto, si esta nervioso porque tiene una cita, puede adoptar una postura más segura, para convencer mejor – eso conllevará relajarle. También es acertado estudiar los códigos culturales del lenguaje, si trabaja en un contexto internacional. Sería una pena ofender a un colaborador extranjero por culpa de un error de lenguaje corporal…